Desde muy pequeño que siempre me he sentido atraído por todo aquello relacionado con el dibujo y las manualidades. De hecho, creo que todo eso comenzó con unos cuadernos de dibujo de bachillerato de mi padre y con los muñecos de barro que me enseñaba a hacer mi abuela.

Nací en Can Reixach, una casa de payés de la Ametlla del Vallès el último año de la década de los 50. La vida en el campo y la oportunidad de tocar, experimentar y crear cosas, hicieron que con tan solo 5 años, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, yo decía: “¡Seré pintor o pastelero!”.

Con 15 años entré de aprendiz en un taller de tallas de madera con los tallistas Josep Maria Damunt y Martín Saeta, que trabajaban para los ebanistas de la zona de la Garriga.

Durante mi paso por su taller de tallas me di cuenta de que aquello me gustaba bastante y en el año 1975 entré en la escuela Massana de Barcelona para estudiar escultura.

Fue en el año 1978 cuando con la ayuda de mi padre y la de los tallistas que me enseñaron el oficio, abrimos una tienda y un taller de muebles dedicado a la fabricación de muebles clásicos a medida.

Esto me permitió que, con el paso de los años, pudiera adentrarme en el fascinante mundo de los estilos de los muebles y el aprendizaje de la ebanistería, la talla, la marquetería y el torneado de madera. También es en este momento cuando nació en mí la intención de aplicar estas técnicas artesanales a la creación de esculturas de madera en un lenguaje más cercano al arte.